En las instalaciones de Stereo Villa, estuvo en estudios el Dr. Omar Tello Rosales, presidente de la Junta de Fiscales Superiores del Distrito Fiscal de Lima Sur, quien fue consultado sobre la polémica por las casetas de seguridad en Villa El Salvador valoradas en más de un millón de soles cada una, según datos del especialista en gestión pública Nelson Chevez.
En las instalaciones de Stereo Villa, estuvo en estudios el Dr. Omar Tello Rosales, presidente de la Junta de Fiscales Superiores del Distrito Fiscal de Lima Sur, quien fue consultado sobre la polémica por las casetas de seguridad en Villa El Salvador valoradas en más de un millón de soles cada una, según datos del especialista en gestión pública Nelson Chevez.
Vale un millón cada caseta
Durante el programa Diálogo Ciudadano, Tello explicó que una subestación de videovigilancia puede tener margen de ganancia, pero “cuando el precio es exagerado, hay que sospechar”. Recordó que las empresas suelen elevar costos al vender al Estado, pero ese incremento debe corresponder al mercado. “Si algo cuesta diez, no podemos aceptar que se nos cobre cien”, advirtió.
¿Quién controla estos proyectos millonarios?
El fiscal también mencionó que es la ciudadanía quien, al percibir irregularidades, debe acudir a la Fiscalía Anticorrupción. Sin denuncias formales, muchos casos no llegan a investigación. “Hay que confiar en la justicia, pero también ejercer vigilancia”, dijo, aludiendo a la importancia del rol ciudadano frente a posibles malos manejos de fondos públicos.
Asimismo, insistió en que cualquier persona puede denunciar también en línea. “Estas fiscalías investigan el uso correcto de los bienes públicos. Si hay indicios de sobrevaloración o mal uso, el Ministerio Público debe actuar”, señaló. Subrayó que la denuncia es la herramienta para activar las pesquisas.
¿Seguridad o fachada costosa?
Mientras muchas de estas casetas están vacías, la inseguridad no da tregua en Villa El Salvador, los vecinos se preguntan si estos módulos traerán soluciones reales o si serán simplemente monumentos de concreto al gasto sin control. Por ahora, la vigilancia parece más simbólica que efectiva, aunque el presupuesto diga lo contrario.