El pasado lunes 19 de mayo, en el programa ´Voz Viva de Mujer´, se reconoció la labor de las Oficinas de Bienestar y Salud (OBS) a través del testimonio de dos destacadas promotoras de salud: Berta Saavedra Reyes y Rosana Helena Marchinares Rojas, quienes compartieron su trayectoria, misión y desafíos.
El pasado lunes 19 de mayo, en el programa ´Voz Viva de Mujer´, se reconoció la labor de las Oficinas de Bienestar y Salud (OBS) a través del testimonio de dos destacadas promotoras de salud: Berta Saavedra Reyes y Rosana Helena Marchinares Rojas, quienes compartieron su trayectoria, misión y desafíos. Ambas lideran acciones fundamentales en sus comunidades, pese a las condiciones adversas que enfrentan a diario.
Berta Saavedra, promotora del Centro de Salud San Martín de Porres en Villa El Salvador, lleva 45 años sirviendo a su comunidad, inicialmente en los arenales del distrito. “Empecé en la parroquia San Martín con 85 pacientes de TBC, sin recursos, pero con mucha voluntad”, contó con emoción. Rosana Marchinares, promotora en Villa María del Triunfo, destacó que desde su asociación, formada en 2010, priorizan la prevención de la anemia infantil y materna, así como el control del dengue y la tuberculosis casa por casa.
“Nos arriesgamos en cada visita, muchas veces enfrentamos asaltos o perros agresivos, pero seguimos porque queremos comunidades sanas y seguras”, afirmó Rosana. Berta añadió: “No tenemos ingresos, a veces ni material, pero seguimos tocando puertas, apoyando campañas y guiando a madres gestantes en zonas de alto riesgo”. Ambas reconocen que las ONG fueron cruciales en su formación y apoyo logístico ante la ausencia de recursos públicos.
A pesar de la precariedad, ambas promotoras valoran el cariño de la comunidad y coinciden en que se necesita más seguridad, materiales impresos, y respaldo institucional. “La comunidad nos respalda porque confía en nosotras. Nos convertimos en nexo entre ellos y los centros de salud”, enfatizó Berta. Una emotiva llamada de su hija durante la transmisión reafirmó el impacto humano y familiar de su vocación.
La entrevista cerró con un agradecimiento a estas mujeres que desde el anonimato transforman vidas. Su labor voluntaria, firme y compasiva, demuestra que la salud comunitaria no se construye solo desde los hospitales, sino desde el compromiso cotidiano y silencioso de las promotoras que, con fe, esfuerzo y entrega, son pilares invisibles de nuestra sociedad.