Cierra junio y en pleno invierno limeño, las persistentes lluvias en Villa El Salvador han evidenciado deficiencias estructurales en pistas y veredas del distrito.
Cierra junio y en pleno invierno limeño, las persistentes lluvias en Villa El Salvador han evidenciado deficiencias estructurales en pistas y veredas del distrito. El ingeniero Juan Felipe Agurto Herrera, con amplia trayectoria en obras públicas, denunció que muchas de las rampas urbanas no cumplen normas técnicas, afectando gravemente a personas con discapacidad y adultos mayores.
Pese a que las normas del Reglamento Nacional de Edificaciones exigen accesibilidad universal, muchas rampas son empinadas, pulidas y sin drenaje adecuado, generando riesgo de caídas y accidentes. Según Agurto, estas obras mal ejecutadas reflejan una cadena de negligencias que involucra tanto a contratistas como a funcionarios municipales encargados de supervisarlos.
“Las rampas deben ser antideslizantes y con pendientes suaves, pero muchas parecen toboganes. La municipalidad no está fiscalizando como corresponde. Se prioriza avanzar rápido para cobrar, aunque eso implique poner en peligro a la gente”, declaró Agurto, quien trabajó en la comuna durante los años 90 con cooperación internacional.
El ingeniero también recordó que existen sanciones para las municipalidades que incumplen estas normas. “La Contraloría puede multar hasta con doce UIT cuando una obra pública causa perjuicio por no cumplir condiciones técnicas. Y si hay daño a una persona, la responsabilidad es incluso penal”, explicó con firmeza el especialista.
La falta de infraestructura accesible en el distrito impacta especialmente a adultos mayores, madres gestantes, escolares y personas con discapacidad. Mientras no haya voluntad política ni presión vecinal organizada, las veredas seguirán excluyendo a quienes más las necesitan. La inclusión no es un discurso: es una obligación urbana y social.