¿CUÁNTO DURARÁ EL NUEVO MINISTRO DEL INTERIOR?

Ayer martes 21  de noviembre  marcó un hito significativo en el ámbito político y de seguridad en nuestro país, con la solemne juramentación de Víctor Torres Falcón como ministro del Interior. La ceremonia, presidida por la jefa de Estado, Dina Boluarte, y acompañada del presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, así como los miembros del Gabinete, simbolizó el inicio de una nueva etapa en el liderazgo de esta cartera ministerial.

La asunción de Torres Falcón al cargo sigue a la censura y posterior renuncia de su antecesor, Vicente Romero. El nuevo ministro, general de la Policía en situación de retiro, trae consigo una amplia experiencia en seguridad ciudadana, forjada durante su destacada trayectoria en la Guardia Civil, una institución emblemática que contribuyó a la estabilidad del país hasta 1985.

La formación académica de Torres Falcón, licenciado en Educación Primaria y bachiller en Administración y Ciencias Policiales, subraya su sólida base para abordar los desafíos que plantea la gestión del Ministerio del Interior. Su destacado desempeño como jefe policial en el Comando Especial Unificado del VRAEM, así como en roles directivos y estratégicos dentro de la Policía Nacional del Perú, respaldan su capacidad para liderar la cartera en este momento crucial.

La designación de Torres Falcón como jefe de Estado Mayor General de la PNP en el 2014 y su experiencia como director de Educación y Doctrina de la Policía subrayan su profundo conocimiento de la institución y su visión integral para abordar los retos presentes y futuros en el ámbito de seguridad ciudadana. Con estos antecedentes, la sociedad peruana puede esperar una gestión comprometida y eficiente bajo la dirección de Víctor Torres Falcón en el Ministerio del Interior.

Esperemos que la prioridad de la seguridad ciudadana no sea sólo la tarea del nuevo ministro del interior, sino de la presidenta Boluarte y del premier Otárola, que lamentablemente no lo ha sido hasta el momento, dado que la ciudadanía no percibe un liderazgo nítido del gobierno frente a la lucha contra la inseguridad ciudadana.