ABANDONEN EL NAVÍO 

No es novedad la recesión económica, la crisis política o la inseguridad ciudadana, ya que en el país donde nunca te aburres, sigue ocurriendo distintos hechos y es el caso de la reciente dimisión del embajador peruano en Estados Unidos, Gustavo Meza-Cuadra y de la canciller Ana Cecilia Gervasi, acontecimientos que ponen en evidencia la importancia de una gestión diplomática sólida y una comunicación precisa en las relaciones internacionales. 

Estos episodios han desencadenado una serie de interrogantes sobre la política exterior del país y su impacto en la imagen internacional de Perú. El embajador lamentó la controversia en torno a la reunión entre la presidenta Dina Boluarte y el presidente Joe Biden, resalta la necesidad de una coordinación efectiva en las relaciones bilaterales y una gestión transparente de la agenda diplomática.

De la misma forma, la renuncia de la canciller Gervasi a su cargo de Ministra de Relaciones Exteriores, en medio de una situación descrita como un «papelón internacional» por el Congreso, expone la importancia de mantener un discurso gubernamental coherente y alineado con la realidad.

En este marco, es fundamental que Perú fortalezca sus relaciones internacionales y garantice una comunicación efectiva en futuras interacciones con otras naciones. La renuncia del embajador y la cancillería ilustran la urgencia de mejorar la gestión diplomática y mantener una agenda internacional clara y coherente. 

Finalmente, es esencial evitar situaciones desconcertantes y preservar la imagen del país a nivel global. Estos acontecimientos deben servir como un recordatorio de la importancia de una política exterior sólida y de la necesidad de un compromiso continuo con la diplomacia efectiva. Lo sucedido con Gervasi nos confirma que el país está a la deriva, sin brújula, sin rumbo y ha alcanzado las relaciones exteriores. Estamos atónitos, solo en el Perú renuncia un ministro de relaciones exteriores por un caprichoso viaje.