El jueves 18 de septiembre se realizará un referendo en Escocia que podría significar un giro político radical para Reino Unido y Europa. La pregunta crucial del referendo es: “¿Debería ser Escocia un país independiente?”.
Hasta hace unas semanas se generaba un mediano interés por el asunto, porque el ‘No’ estaba ganando sin que hubieran dramas. Sin embargo, a fines de agosto el ‘Sí’ empezó a ganar votos notablemente.
Por estos hechos se pronunciaron abiertamente diferentes celebridades británicas como Paul McCartney, Mick Jagger, Rod Stewart y J.K. Rowling (la autora de Harry Potter). Todos ellos, junto con otras celebridades, firmaron un manifiesto dirigido a la población escocesa para que voten por la permanencia.
La corriente independentista del ‘Sí’ tiene más que ver con las diferencias políticas de los escoceses con el gobierno central, que con una imagen nostálgica de una Escocia independiente. El deseo de los escoceses es regresar al Estado de Bienestar como existió antes de la llegada al poder de Margaret Thatcher, a la cual se percibe como la iniciadora de una era ultraliberal. Por ello no es casual que el Partido Nacional Escocés (SNP) sea social demócrata con un modelo político más similar al de los países escandinavos que al británico.
Si gana el ‘Sí’, el tránsito hacia un país independiente no carecerá de asuntos difíciles de resolver. Se tendrá que pensar en qué pasará con la moneda, con los controles fronterizos, con el petróleo o con los submarinos nucleares que la Corona tiene en la costa oeste escocesa.
