En un giro significativo, Vladimiro Montesinos, exasesor de Alberto Fujimori, ha aceptado la conclusión anticipada en el caso Pativilca y La Cantuta, declarándose culpable por el secuestro y asesinato de dieciséis personas en Pativilca y la ejecución de estudiantes universitarios. Esta confesión ha generado expectativas sobre el juicio, ya que Montesinos, después de más de dos décadas en prisión, busca poner fin a su condena. El tribunal emitirá la sentencia en 48 horas, el próximo miércoles 31 de enero.
Sin embargo, Alberto Fujimori, exdictador peruano, se mantiene firme al no aceptar la terminación anticipada. Su defensa, encabezada por Elio Riera, rechaza esta opción, subrayando que Fujimori no se acogerá a la conclusión anticipada. A principios de enero, la defensa de Fujimori intentó archivar definitivamente el caso, argumentando que la imputación carecía de concreción. La Cuarta Sala Penal Superior Nacional Liquidadora rechazó esta solicitud, determinando que los hechos sí constituyen delito.
En el caso Pativilca, donde Alberto Fujimori y otros enfrentan acusaciones por secuestro y asesinato, se remonta al 29 de enero de 1992. La aceptación de culpa por Montesinos podría tener implicaciones en el juicio de Fujimori. La jueza superior Miluska Cano, al rechazar la excepción de acción, subrayó la obligación del Estado peruano de investigar y sancionar violaciones a los derechos humanos según la Convención Interamericana y jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Este caso sigue siendo muy importante en la búsqueda de justicia y rendición de cuentas en la historia peruana. En nuestro país está clase de procesos tienen una duración muy extensa y mantiene expectantes a la opinión pública sobre lo que ocurrirá. De la misma forma, las ciudadanas y ciudadanos deben exigir a las autoridades el cumplimiento de sus deberes con la finalidad de convertirnos en un país justo.
