Cada vez que el Estado peruano invierte 1 dólar por la alimentación escolar complementaria de un niño o niña en situación pobreza, recupera 3 dólares, pues esta ayuda a la larga incrementa las matrículas en los colegios, mejora los aprendizajes y genera igualdad de género, aseguró el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El director regional de la PMA, Miguel Barreto, recalcó que los programas de alimentación escolar complementaria que se reparten gratuitamente, como Qaliwarma, les brinda sostenibilidad alimenticia de largo plazo a los niños y niñas que ingresan a la escuela desde los cuatro años.
Sostuvo que esta inversión válida que hace el Estado tiene retorno económico, pero también permite cumplir el derecho humano que tiene todo niño a alimentarse. “El Estado tiene la obligación de asistir a su población para que pueda ser económicamente viable en el futuro”.
“En términos globales es positivo que los programas de alimentación escolar complementarios sean más grandes y cubran el mayor universo de niños en edad escolar; por eso, es importante que Qaliwarma haya crecido en número y atienda a más niños y niñas”, precisó el funcionario de Naciones Unidas.
Manifestó que quienes sostienen que estos programas “son asistencialistas”, están negando el derecho humano de alimentación. “Cuando no se alimenta bien a los niños, de adultos no accederán al mercado de manera competitiva y eso generará un lastre a la sociedad”.
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