LAS HORAS CONTADAS PARA DINA

La solicitud de la presidenta Dina Boluarte de adelantar su citación ante la Fiscalía de la Nación refleja su voluntad de colaborar con las investigaciones en curso, especialmente en medio de la turbulencia política que enfrenta el Ejecutivo por el caso Rolex. Este gesto busca esclarecer rápidamente los hechos bajo escrutinio y restablecer la confianza en su liderazgo, aunque se produce tras la polémica generada por su ausencia en las citaciones anteriores y el pedido de vacancia presentado por el Congreso.

La respuesta de la Fiscalía, desestimando cualquier irregularidad en los allanamientos realizados en la residencia de Boluarte y en las oficinas de Presidencia, busca disipar las dudas sobre la legalidad de dichas acciones. Este comunicado busca clarificar que la intervención se realizó en cumplimiento de una orden judicial, descartando así acusaciones de ilegitimidad y abuso. Sin embargo, la controversia en torno a estos eventos continúa siendo objeto de debate público y político.

El hallazgo de documentación relacionada con un reloj Rolex durante el allanamiento agrega un nuevo giro a la investigación. Aunque los relojes de lujo no fueron encontrados, el descubrimiento de material relevante para la indagación refuerza la importancia de continuar con las diligencias en curso. Esta revelación pone de relieve la complejidad del caso y la necesidad de una investigación exhaustiva para esclarecer todos los aspectos relacionados con el mismo.

En este contexto, es fundamental que las autoridades judiciales y fiscales actúen con transparencia y diligencia, garantizando el debido proceso y el respeto por los derechos de todos los involucrados. Solo a través de una investigación rigurosa y objetiva se podrá llegar a una conclusión justa y satisfactoria para la sociedad peruana. A pesar de esta tardía voluntad de pedir cita a la fiscalía, habiendo tenido varias oportunidades previas, queda claro que se está jugando su futuro político y su dependencia de la derecha congresal liderada por el fujimorismo. Sin una fuerte oposición y movilización social, sus aliados se disponen a salvarle el pellejo a ella y a un gobierno incapaz.