En las elecciones brasileñas a la Presidencia, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, fue reelegida el domingo para un segundo mandato con un 51,58 % de los votos, frente al 48,42% de Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Pese al estancamiento que sufre la economía brasileña, Rousseff defendió su papel de “bombero” y “regulador” de la actividad económica, que mediante rebajas tributarias o créditos públicos ayuda a las industrias en problemas, como la construcción o la automovilística.
En contraposición a las propuestas de Rousseff, Neves planteó reducir el papel del Estado en la economía, así como de darle más libertades al sector privado para que actúe como motor de la economía. Estas declaraciones le dieron el apoyo de los agentes de los mercados financieros que se oponían al “intervencionismo” de Rousseff. Según ellos, solo de esta manera Brasil puede regresar a la senda del crecimiento económico, que durante la gestión de Rousseff tuvo un ritmo muy débil y se encontraba al borde de la recesión.
Durante las campañas electorales para la primera vuelta del pasado 5 de octubre, los economistas se inclinaron a favor de la ecologista Marina Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), la cual ofrecía una política económica aún más liberal que Neves. Sin embargo, en la primera vuelta electoral se impusieron Rousseff con un 41,5% y Neves con un 33,5%.
En las primeras encuestas publicadas después de la primera vuelta electoral se mostró a Neves como el favorito para las elecciones del domingo, lo cual causó mucho entusiasmo en la Bolsa de Sao Paulo, hasta alcanzar otra vez ganancias históricas. No obstante, el mercado comenzó a retroceder con fuerza cuando diferentes encuestas mostraron a Rousseff como favorita al cargo de presidencia.
Además, los inversores estarán pendientes del cambio en el Ministerio de Haciendo, ya que su titular Guido Mantega anunció que dejará el cargo en la segunda gestión de Rousseff. Mantega había sido centro de las críticas de los agentes financieros durante el mandato pasado. Posibles sucesores pueden ser Aloizio Mercadante, actual ministro de la Presidencia, o Luciano Coutinho, el actual presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
