UN ANIVERSARIO CONTROVERSIAL

Villa El Salvador nació del coraje y la esperanza de cientos de familias que, en 1971, decidieron enfrentar el desierto limeño para construir una vida digna. Con una organización vecinal sólida y una visión urbanística admirable, sentaron las bases de una comunidad autogestionaria que pronto se convirtió en ejemplo continental. Su historia está escrita con esfuerzo colectivo, resistencia ante la adversidad y un compromiso social que marcó a generaciones enteras.

Convertido en distrito en 1983, Villa El Salvador resistió no solo las dificultades propias del crecimiento urbano, sino también el terror de los años de violencia. La figura de María Elena Moyano, emblema de la lucha pacífica, encarna ese espíritu valiente de quienes nunca se rindieron. El distrito fue consolidando su identidad no solo con calles y viviendas, sino con participación activa, cultura popular y valores compartidos.

Hoy, sin embargo, la conmemoración de sus 54 años revela una fractura. En medio de un estado de emergencia por criminalidad, un concierto organizado por la empresa privada Conexión 360 S.A.C. ha despertado críticas por la falta de transparencia y por el descuido evidente en temas prioritarios como la seguridad y la limpieza pública. Aunque el municipio defiende su gestión, la falta de respuestas claras alimenta la desconfianza de una población acostumbrada a luchar por lo justo.

El aniversario debería ser una oportunidad para unir, reflexionar y renovar el compromiso con el legado de autogestión. Pero las celebraciones, por sí solas, no resuelven los problemas de fondo. La comunidad que alguna vez enfrentó el arenal con dignidad, tiene hoy el derecho y la responsabilidad de exigir soluciones concretas. Porque Villa El Salvador no solo merece festejos, merece respeto, honestidad y un presente a la altura de su historia. ¿Qué tipo de futuro desean construir sus ciudadanos hoy?