Un estudio del Atlantic Council señala que la inestabilidad institucional y la falta de reformas ahuyentan inversiones. El país depende excesivamente de commodities, agudizando desigualdades y vulnerabilidad externa.
La crisis política en Perú, marcada por seis presidentes en ocho años, ha paralizado reformas clave y generado un clima de incertidumbre para la economía. Según el informe Freedom and Prosperity Indexes del Atlantic Council, la debilidad institucional, la corrupción y un poder judicial ineficiente desincentivan la inversión privada. "La estabilidad macroeconómica no basta cuando la economía carece de motores internos para crecer de forma sostenible", advierte Liliana Rojas-Suárez, economista y autora del análisis.
El documento destaca que más del 60% de la fuerza laboral peruana opera en la informalidad, reduciendo la recaudación tributaria y perpetuando la desigualdad. En zonas rurales, esta cifra supera el 80%. Además, solo el 21% de los ciudadanos confía en el Congreso, según el Latinobarómetro 2023, reflejando una espiral de desconfianza y fragmentación política.
Como alternativa, el informe propone un modelo de desarrollo verde, aprovechando recursos como cobre y litio. "Invertir en infraestructura verde y formalización laboral puede generar empleo de calidad y un pacto político inclusivo", sostiene el texto. Sin embargo, esto requeriría consensos que hoy parecen lejanos.
Fuente: Jornada