La reciente audiencia sobre la incautación de lujosos relojes Rolex y una pulsera Cartier ha expuesto una trama intrigante que involucra a la presidenta Dina Boluarte y al gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima. Según el fiscal adjunto supremo Hernán Mendoza, ambos habrían cambiado sus versiones sobre la procedencia de estos objetos, lo que plantea serias interrogantes sobre un posible caso de cohecho.
El foco de la investigación se centra en tres relojes Rolex y una pulsera Cartier, supuestamente entregados por Oscorima a Boluarte. Durante la audiencia, el abogado de Oscorima argumentó que dos de los Rolex pertenecen a su hijo, mientras que el tercero y la pulsera serían del hermano de Boluarte. Sin embargo, el Ministerio Público sostiene que estos bienes podrían haber sido otorgados como beneficio, lo que acarrearía graves consecuencias legales para Boluarte.
La fluctuación en las declaraciones de los implicados plantea dudas sobre la transparencia en la procedencia de los objetos incautados. Esto se suma a las investigaciones en curso sobre presuntos delitos de enriquecimiento ilícito y omisión de declaraciones juradas por parte de Boluarte. La audiencia, celebrada de forma virtual, representa un paso crucial en el caso Rolex y determinará el rumbo de la investigación.
Además, se ha revelado que Oscorima habría comprado aretes valuados en US$5.000 para Boluarte, lo que podría sugerir un patrón de intercambio de regalos a cambio de favores políticos. Estos hechos, junto con un decreto que benefició económicamente a Ayacucho después de la entrega de los aretes, plantean serias preocupaciones sobre posibles prácticas corruptas. La ampliación de la investigación por parte de la Fiscalía subraya la gravedad del caso y la necesidad de una indagación exhaustiva para garantizar la integridad en el ejercicio del poder.
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