SI NO SE HACE PARO, NO IMPLEMENTAN SOLUCIONES

El reciente paro de transportistas en Lima y Callao, realizado el 26 de septiembre, dejó una estela de incertidumbre en la ciudadanía, que se vio afectada al no poder movilizarse con normalidad. El temor por una posible paralización al día siguiente incrementó la preocupación de muchos, que dependían de los servicios de transporte público. Sin embargo, el presidente de la Asociación Nacional de Integración de Transportistas (Anitra), Martin Valeriano, confirmó que el paro no continuaría el 27 de septiembre, lo que permitió un alivio para la población que temía otro día de caos.

El paro de transportistas es un claro reflejo del descontento frente a la creciente inseguridad y las amenazas de extorsión que enfrenta el sector. Los gremios de transportistas, que celebraron las medidas anunciadas por el Gobierno, esperan que estas se implementen de manera eficaz. Entre estas acciones destacan la persecución de la extorsión y la mejora de la seguridad en paraderos y rutas. La respuesta del Ejecutivo es una muestra de que se están tomando en serio las demandas de los transportistas y la preocupación por la seguridad ciudadana.

Sin embargo, la calma es temporal. Los gremios de transporte han dado un plazo de 30 días para ver resultados concretos y evaluarán la implementación de las medidas. Si no se observan cambios considerables, es posible que se generen nuevas movilizaciones. Esta advertencia pone al Gobierno en una situación de presión para demostrar que puede actuar con rapidez y eficacia, no solo para proteger a los transportistas, sino también para recuperar la confianza de la ciudadanía en su capacidad de hacer frente a la delincuencia.

En definitiva, lo que está en juego no es solo el bienestar de los transportistas, sino la seguridad de toda la población. La delincuencia ha permeado varios sectores y los paros de transporte podrían ser solo la punta del iceberg si no se implementan medidas profundas y sostenibles. Es momento de que el Gobierno actúe con firmeza y que la ciudadanía se mantenga alerta, ya que lo que se decida en los próximos días marcará el rumbo de la seguridad en las ciudades de Lima y Callao.