La decisión del Congreso de la República de rechazar la solicitud de viaje de la presidenta Dina Boluarte para asistir a la Asamblea General de la ONU ha generado un intenso debate sobre las prioridades de la mandataria y la coyuntura actual del país. Con 55 votos en contra, 50 a favor y 5 abstenciones, el pleno del Congreso ha impedido que Boluarte viaje por primera vez al exterior desde que asumió el cargo, lo que ha suscitado diversas opiniones tanto dentro como fuera del hemiciclo. En medio de la crisis climática que afecta a varias regiones del país, este veto ha levantado cuestionamientos sobre el papel de la presidenta frente a las emergencias internas.
Uno de los argumentos más sonados entre quienes votaron en contra fue el expuesto por la congresista Flor Pablo, quien señaló que, ante la gravedad de los incendios forestales que afectan a zonas como la Amazonía peruana, la presidenta debería priorizar la situación nacional. La preocupación por los incendios ha sido compartida por otros parlamentarios que consideran que la atención de la mandataria debe centrarse en mitigar los efectos de esta emergencia y coordinar acciones para proteger el medio ambiente y las comunidades afectadas. En ese sentido, el rechazo a su viaje puede interpretarse como un llamado a que la jefa de Estado sea más sensible a las necesidades internas del país.
Por otro lado, las bancadas que apoyaron el viaje de Boluarte, entre ellas Fuerza Popular y Avanza País, defienden la relevancia de su participación en foros internacionales como la Asamblea General de la ONU, donde el Perú puede presentar su posición frente a temas globales cruciales como el cambio climático, los derechos humanos y la cooperación internacional. Para estos partidos, la ausencia de la presidenta en este tipo de espacios podría debilitar la imagen del país en el escenario internacional, especialmente en un momento en que el diálogo y las alianzas con otros países son vitales para enfrentar problemas comunes.
En las próximas horas, una reconsideración de la votación podría revertir el fallo inicial, lo que mantendría la posibilidad de que la presidenta asista al encuentro en Nueva York. Sin embargo, el debate ha dejado al descubierto una polarización clara en el Congreso respecto a las prioridades del gobierno y el manejo de las emergencias internas. La decisión final, sea cual sea, marcará no solo el curso de la agenda presidencial, sino también el enfoque que se le da a los retos inmediatos que enfrenta el país.
