¿VIERON UN DINÁMICO?

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El fallo del juez Jorge Chávez Tamariz, al no aplicar la Ley 32108 de crimen organizado en el caso “Los Dinámicos del Centro” en la forma solicitada por los hermanos Cerrón, refleja una postura jurídica sólida y coherente con las obligaciones internacionales del Perú. Esta decisión marca un hito en la interpretación de las leyes nacionales en consonancia con los tratados internacionales, particularmente la Convención de Palermo. Al enfatizar la necesidad de una interpretación amplia y en armonía con los estándares internacionales, el juez ha subrayado la importancia de no permitir que las modificaciones legislativas recientes sean utilizadas para evadir la justicia, especialmente cuando están involucradas figuras políticas que podrían haber influido en dichas modificaciones.

La decisión de Chávez Tamariz es un recordatorio contundente de que la ley no puede ser interpretada de manera aislada, sino que debe ser contextualizada dentro del marco legal internacional al que Perú se ha comprometido. La referencia a la jurisprudencia estadounidense sobre la estructura de organizaciones criminales refuerza la idea de que no es necesario que estas tengan una estructura rígida o jerárquica para ser consideradas como tal, sino que su participación en actividades delictivas organizadas es suficiente para su consideración como crimen organizado. Este enfoque evita que vacíos legales o interpretaciones limitadas debiliten la lucha contra la corrupción y el crimen organizado.

El caso de los hermanos Cerrón es emblemático porque involucra no solo la aplicación de la ley penal, sino también la integridad del sistema judicial frente a posibles abusos de poder por parte de figuras políticas. La decisión del juez de no aceptar el recurso de excepción solicitado por los Cerrón envía un mensaje claro: la ley debe ser aplicada con imparcialidad y rigor, sin permitir que quienes están bajo investigación puedan beneficiarse de las modificaciones legislativas que ellos mismos han promovido. Esto refuerza la confianza en un sistema judicial que debe ser independiente y robusto frente a cualquier intento de manipulación.

Finalmente, el fallo destaca la necesidad de una legislación que esté en sintonía con los desafíos actuales del crimen organizado. Aunque la Ley 32108 no es inconstitucional, como señaló el juez, sus lagunas normativas requieren una interpretación que esté alineada con los estándares internacionales para asegurar que su aplicación sea efectiva. Al rechazar el recurso de los hermanos Cerrón, el juez Chávez Tamariz ha reafirmado el compromiso del Perú con la justicia y la lucha contra la corrupción, estableciendo un precedente importante para casos futuros.

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