El último sondeo nacional del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) revela una alarmante realidad para el Congreso peruano, cuya aprobación se encuentra en niveles mínimos históricos. Apenas un 4% de la ciudadanía respalda la labor del Parlamento, mientras que un abrumador 94% lo desaprueba. Este escenario refleja un descontento generalizado y una profunda crisis de legitimidad, agravada desde mayo pasado, cuando el Congreso contaba con un 6% de aprobación y un 91% de desaprobación.
La desaprobación no solo afecta al Congreso, sino también a la presidenta Dina Boluarte, cuya aprobación se mantiene estancada en un 5%, con un 90% de desaprobación. Estas cifras revelan una desconfianza persistente en las principales instituciones del país. En regiones como el sur peruano y Lima metropolitana, la desaprobación hacia Boluarte y el Congreso es aún más pronunciada, superando el 90%. Este rechazo generalizado trasciende barreras geográficas y socioeconómicas, indicando una crisis sistémica de representación política.
El estudio también arroja luz sobre la percepción de poder en el país. Un 40% de los encuestados considera que los congresistas tienen el mayor poder, una cifra que ha aumentado en comparación con el año pasado. Sin embargo, esta percepción de poder viene acompañada de una fuerte crítica, con un 81% de la población opinando que el Congreso abusa de su poder. La presidenta Boluarte y los empresarios siguen en la lista de quienes ostentan más poder, pero la crítica se centra principalmente en el Parlamento.
Finalmente, el sondeo aborda la identificación ideológica de la población. La desaprobación hacia el Congreso y la presidenta se mantiene alta en todos los segmentos ideológicos, siendo especialmente baja entre aquellos que se identifican con la izquierda. Este panorama evidencia una desconexión profunda entre los representantes políticos y la ciudadanía, independientemente de su orientación ideológica. La crisis de confianza y legitimidad en las instituciones peruanas plantea un desafío urgente para la gobernabilidad y la estabilidad democrática del país.
